La historia fue otra recuerda ese otro relato que se dejó en las sombras, el de los miles de chilenos que lucharon contra la dictadura con las armas que tenían a su alcance: la inteligencia, el profesionalismo, la obstinación y hasta el heroísmo de tantos que dieron su vida por la recuperación de la democracia.
Tras la muerte de su marido Carlos Berger, asesinado salvajemente por la Caravana de la Muerte en 1973, Carmen Hertz inició una resistencia de décadas por esclarecer los hechos y exigir verdad y justicia en un país primero bajo una dictadura brutal, y luego bajo una democracia en la que quedó instalado el miedo y la justicia “en la medida de lo posible”. La narración de esa insistencia contra viento y marea es magistral, en especial el trabajo diario en la Vicaría de la Solidaridad, la organización de la Iglesia que defendió a los perseguidos. Lograron generar una auténtica escuela de los derechos humanos.
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